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jueves, 23 de febrero de 2012

CULTURA SIN FRONTERAS - CARNAVAL 2012: PONENCIA DE VERONICA SICHER SOBRE EL CARNAVAL

EL CARNAVAL DEL URUGUAY

Historia del Carnaval

En relación al origen del Carnaval, todo es materia opinable. Un rastrear apasionante y complejo en las páginas amarillentas de testimonios bibliográficos de la época hasta quedar a mitad de camino entre el enigma y la conjetura.

Sin embargo todo parece indicar que el CARNAVAL (como tal) nació efectivamente después de la era Cristiana.

Concretamente se ubica al Carnaval en los tres días anteriores al Miércoles de Cenizas, durante los cuales, de acuerdo a las normas del ritual cristiano, tradicionalmente no se comía carne, lo cual arroja luz sobre la etimología del término "ADIOS A LA CARNE" O "CARNEVALE".

Durante estos tres días, el pueblo liberado del estricto control de sus jerarcas, copa literalmente las calles de burgos, villorrios y aldeas. Se pinta, se disfraza y por sobre todas las cosas critica ferozmente el régimen que padece los restantes 360 días del año, burlándose de sus más conspicuos representantes: señores, eclesiásticos y autoridades comunales. Todo ello bajo la invocación, no del Dios Cristiano, sino del Dios Momo, Dios de la Burla en la Mitología Antigua.

Con el devenir del tiempo el Carnaval fue tomando distintas formas de expresión y en cada país se celebra de diferentes maneras, pero esencialmente no ha perdido su espíritu de fiesta netamente popular.

 

Momo

Hijo del Sueño y la Noche, dios de las burlas y de las agudezas. Satírico hasta el extremo, nada había perfecto a sus ojos, y los mismos inmortales eran a veces objeto de sus punzantes chanzas. Elegido por Neptuno, Vulcano y Minerva como juez de sus respectivas obras, a las tres encontró defectos. Neptuno hubiera, según él, debido poner al toro las astas delante de los ojos, para herir con más seguridad, o al menos en el lomo para dar los golpes más fuertes. La casa de Minerva le pareció mala, porque era demasiado pesada para ser trasladada de una parte a otra, cuando se topaba con malos vecinos. En cuanto al hombre, obra de Vulcano, hubiera querido que hubiese hecho una ventanita en el corazón para que pudiesen verse sus más secretos pensamientos. La misma Venus no pudo estar a cubierto de sus tiros malignos, sin embargo, como era demasiado hermosa para poder ser criticada, Momo encontró en su calzado un objeto de risa. Se le representa levantándose la máscara y sosteniendo en la mano un muñeco, símbolo de la locura.

 

Carnaval en el Uruguay El carnaval en el Uruguay se festeja en el mes de febrero. Cada uno de los 19 Departamentos que conforman nuestro país, celebran el carnaval de diferentes formas, unos con bailes, otros con desfiles y otros con espectáculos callejeros.

En Montevideo, capital de nuestro país, el reinado de Momo se extiende durante 40 noches.

En ese lapso recorren los distintos barrios montevideanos, numerosos conjuntos (Murgas, Parodistas, Humoristas, Revistas Musicales, Agrupaciones Lubolas-candombe- y otros), brindando sus espectáculos al aire libre en escenarios llamados Tablados y que son construidos por particulares o grupos de vecinos exclusivamente para esta fecha.

En estos Tablados, se nuclean por noche entre 2000 y 3000 personas en cada uno de ellos.

Esto corrobora y ejemplifica que el Carnaval, en nuestro país, es una de las expresiones más populares y de mayor convocatoria.

En tiempos de la Colonia, los días de Carnaval y también en Navidad y Año Nuevo, los negros esclavos montevideanos se cubrían con túnicas de vivos y chillones colores y salían a la calle para ir hasta las murallas, a cuyo pie se les permitía entonar sus cánticos y realizar sus bailes.
Durante la segunda mitad del siglo pasado tomaron cuerpo algunos "juegos" -arrojar agua, no siempre limpia, desde las azoteas- que despertaban la preocupación del vecindario en general y de la policía en particular, que se esforzaba inútilmente en que surtiesen algún efecto sus severísimos edictos prohibitivos.
El carnaval uruguayo es el más largo del mundo: cuarenta días consecutivos entre febrero y marzo. Noche tras noche, los diferentes grupos actúan simultáneamente en un gran número de escenarios en Montevideo y diversas ciudades del interior. Los espectáculos carnavalescos logran mayor cantidad de público en esos cuarenta días que todos los demás eventos culturales juntos -incluyendo al fútbol- durante todo un año. Los escenarios se alzan en clubes sociales y deportivos, predios rudimentariamente acondicionados o simplemente en la calle. Son verdaderos teatros populares que, además de brindar trabajo a gran cantidad de personas que participan directa o indirectamente de la fiesta, permiten desarrollar sus cualidades artísticas a muchos uruguayos que no han tenido acceso a una formación actoral, musical o literaria convencional.
Un promedio anual de sesenta grupos animan el carnaval uruguayo. Están divididos en cinco categorías definidas por medio de reglamentaciones oficiales: revistas, parodistas, humoristas, lubolos y murgas. En Montevideo, estas categorías participan del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas, sometiéndose al fallo de un jurado designado conjuntamente por la Intendencia capitalina y DAECPU, organismo que nuclean a los directores de conjuntos de carnaval. Las jornadas se llevan a cabo en el Teatro de Verano del Parque Rodó y cuentan invariablemente con numeroso público.
Las revistas presentan un espectáculo al estilo del teatro de varietés, basado en una serie de números musicales que pueden o no apoyarse en un argumento, a modo de hilo conductor.
El parodismo muestra una marcada evolución a partir de la década del 70. Su esencia es la recreación, en forma de parodia, de temas reales o de la ficción literaria, cinematográfica y teatral. Originalmente, los parodistas planteaban la escena con una absoluta economía de recursos, ofreciendo un espectáculo visualmente limitado. Pero la creatividad del grupo de "Los Gaby's", dirigido por Tucho Orta, dotó al género de una riqueza coreográfica y musical extraordinaria.
Los humoristas, a diferencia del género anterior, crean en vez de recrear, planteando situaciones humorísticas basadas en temas de actualidad. Si bien utilizan también el baile y la coreografía, estos rubros son menos importantes que la gracia que despliegan en las humoradas.
Las Compañías de Negros y Lubolos reconocen su antecedente en las expresiones culturales africanas. El género se basa en el sonido de los tambores, a partir del cual se crean temas musicales referidos a la esclavitud y a vivencias propias de la raza.
Los lubolos tienen su propia celebración, que ya es un hito de la cultura uruguaya: el desfile de llamadas. Cientos de tambores atruenan los barrios Sur y Palermo de Montevideo el segundo viernes de febrero, convocando a miles de espectadores que se deslumbran con el esplendor de las diferentes comparsas.
La murga, fenómeno musical único, es la expresión artística más popular. Diecisiete hombres disfrazados, sus caras pintadas con llamativos diseños, actúan, cantan y bailan al ritmo original de bombo, platillos y redoblante. Su repertorio es una pintura de la realidad, plena de humor, crítica punzante, sátira y emoción.
Plantean espectáculos cargados de color, imaginación y alegría, donde hasta los silencios juegan como elementos expresivos de la comunicación. También este género ha experimentado una gran evolución con el paso del tiempo, pero su esencia desafiante y transgresora permanece incambiada. La murga, como el triunfo de Maracaná, es una huella digital de la identidad cultural uruguaya.
Por el carnaval han desfilado cientos de personajes inolvidables. Las legendarias figuras de Cachela, Pepino, Pianito, Pepe Veneno, Rosa Luna, Tucho Orta o el niño Calatrava han quedado prendidas en la memoria colectiva, y su artesanal tarea artística ocupa un lugar de honor en la joven historia de los orientales. Los temas de las murgas son una herencia que se transmite de generación en generación. Así, los más jóvenes están familiarizados con textos que jamás vieron escritos ni representados, pero que conocen y cantan como parte de una tradición viva que los convoca año a año.
El carnaval uruguayo, teatral por excelencia, expresa el sentir de las capas sociales más modestas, pero involucra al conjunto de la población. Parafraseando a Pablo Neruda, el carnaval uruguayo es poesía que no tiene la simetría griega de los rostros perfectos.

LAS LLAMADAS: A TODO CANDOMBE

Candombe es la denominación genérica que se le adjudica a las expresiones del arte musical afro uruguayo, el que puede entenderse por la ejecución del ritmo con los tambores, el paso de la danza y las expresiones coreográficas.

Es una expresión de neto corte de artes afro uruguayas, y dado su origen religioso, esta expresión está caracterizada por la presencia de personajes y elementos de alta y profundas tradiciones culturales.

Los tambores son los componente mas emblemáticos, su composición básica es: tambor chico, es el que mantiene la métrica, el tambor repique es el que lleva la creatividad y la improvisación dentro del conjunto, el tambor piano es el responsable de mantener la base del ritmo. De la ejecución de los tres surge el ritmo del Candombe. Este núcleo de tres tambores se multiplica por 10 o 20 veces, dando comparsas de 60 e incluso más tambores.

Los otros componentes son los personajes típicos: Mama Vieja, Gramillero y Escobero, con sus indumentarias caracterizada por detalles que los diferencian y los distingue del resto de la comparsa, cada uno de ellos contiene en si mismo profundas tradiciones que nos recuerda y concilia con nuestros pasado histórico, dentro de las expresiones artísticas de los negros uruguayos, representan a nuestros ancestros africanos en diferentes funciones, que implicaban acciones específicas y mantienen una profunda connotación religiosa, lo que relaciona a la comparsa con sus orígenes mas puros.

Las bailarinas son otro de los grupos que participan en este cortejo, forman dentro de la agrupación una serie de pequeños conjuntos que realizan coreografías, al paso de típico del candombe. Este grupo se complementa con bailarines hombres, que en un número mucho menor, también desarrollan coreografías al paso típico.

La vedette son personajes que se incluyeron en la comparsa a mediados de siglo, pues ella no forma parte de las tradiciones africanas.

Los personajes que portan los denominados trofeos: banderas, estandarte, estrellas y medialunas, se pueden repetir en gran número en una expresión de calle y su colorido y despliegue tienen mucho que ver con la imagen coreográfica de todo el conjunto.

La Noche de las Llamadas, es la gran fiesta de los negros dentro del Carnaval. Esta gran fiesta se desarrolla a lo largo de la avenida Isla de Flores que cruza los tradicionales barrios Sur y Palermo, en pleno centro de la ciudad, lugar donde, desde mediados del siglo XVIII, vivían los negros, y donde este ritmo se hizo maduro ganando su propio lugar de prestigio y respeto en toda sociedad uruguaya.

"Hemos notado un aumento en el interés por esta manifestación tan típica nuestra, tan auténtica, que no se da en otros países de América latina", comentó Lilian Kechichián, directora de la división Turismo de la Intendencia de Montevideo, agregando que quedó sorprendida este año por la gran cantidad de canales de televisión internacionales que solicitaron permisos para transmitir o grabar una fiesta que hasta hace poco estaba limitada al Uruguay.

La Intendencia capitalina pretende que el candombe pueda ser visto, junto a otros grupos de carnaval, como un atractivo turístico durante todo el año en centros de espectáculos.

 

Murguistas y murgas, candombe, negros y lubolos, desfiles, tablados, serpentinas y tamboriles. La mayor fiesta se despierta en todo el Uruguay.

En el año 2007, el Carnaval del Uruguay fue declarado un Bien de Interés Nacional; en el 2009, la UNESCO declaró al Candombe, Bien Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Desde 1874 Carnaval y candombe se dan la mano en cada mes de febrero, para disfrute de los orientales y de quienes llegan, atraídos por sus ritmos pegajosos.

Una fiesta que no distingue entre pobres y ricos

 

Cuando José Carbajal, El Sabalero escribió la primera estrofa de A mi gente, estaba unificando el sentir de un pueblo, sin distinción de clases, ideologías ni razas.

Desde mediados del siglo XIX, el carnaval acapara el sentir de los orientales y les ha servido de soporte en momentos difíciles de su historia.

Es la fiesta de los pobres y de ella no se excluye a los poderosos, ni siquiera a quienes la sociedad ha creído tener que rehabilitar; es la fiesta donde disfrutan codo a codo, artistas y obreros, políticos y amas de casa; los uruguayos viven el carnaval desde su propia sangre y lo llevan allá, donde quiera que vayan.

Reminiscencia española y africana en la fiesta mayor

En el carnaval del Uruguay destacan dos vertientes principales que pasean sus ritmos complementando las actuaciones de los Humoristas, Parodistas y las Revistas y en los últimos años, las Escuelas de Samba, las que por su reciente innovación conforman un capítulo aparte.

Las murgas, que tienen origen en España y cuyas letras contienen un alto grado de sátira humorística sobre la sociedad y la política.

Detrás de las letras de las canciones de este género se escondió, durante la dictadura militar de 1973 a 1984, el sentimiento de resistencia de los uruguayos.

El candombe, que toma sentir oficial a través de las Sociedades de Negros y Lubolos, pero que está presente en todo el pueblo, recrea los orígenes africanos de los negros esclavos durante la época colonial.



Una historia uruguaya: el Carnaval de Montevideo

  • 27-ene-2011

 

Desfile de Llamadas - Montevideo - Cristina González N.

Murguistas y murgas, candombe, negros y lubolos, desfiles, tablados, serpentinas y tamboriles. La mayor fiesta se despierta en todo el Uruguay.

En el año 2007, el Carnaval del Uruguay fue declarado un Bien de Interés Nacional; en el 2009, la UNESCO declaró al Candombe, Bien Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Desde 1874 Carnaval y candombe se dan la mano en cada mes de febrero, para disfrute de los orientales y de quienes llegan, atraídos por sus ritmos pegajosos.

Sentados al cordón de la vereda / bajo la sombra de algún árbol bonachón / vimos pasar coquetos carnavales / careta viva de un pueblo con dolor.

Cuando José Carbajal, El Sabalero escribió la primera estrofa de A mi gente, estaba unificando el sentir de un pueblo, sin distinción de clases, ideologías ni razas.

Desde mediados del siglo XIX, el carnaval acapara el sentir de los orientales y les ha servido de soporte en momentos difíciles de su historia.

Es la fiesta de los pobres y de ella no se excluye a los poderosos, ni siquiera a quienes la sociedad ha creído tener que rehabilitar; es la fiesta donde disfrutan codo a codo, artistas y obreros, políticos y amas de casa; los uruguayos viven el carnaval desde su propia sangre y lo llevan allá, donde quiera que vayan.

Reminiscencia española y africana en la fiesta mayor

En el carnaval del Uruguay destacan dos vertientes principales que pasean sus ritmos complementando las actuaciones de los Humoristas, Parodistas y las Revistas y en los últimos años, las Escuelas de Samba, las que por su reciente innovación conforman un capítulo aparte.

Las murgas, que tienen origen en España y cuyas letras contienen un alto grado de sátira humorística sobre la sociedad y la política.

Detrás de las letras de las canciones de este género se escondió, durante la dictadura militar de 1973 a 1984, el sentimiento de resistencia de los uruguayos.

El candombe, que toma sentir oficial a través de las Sociedades de Negros y Lubolos, pero que está presente en todo el pueblo, recrea los orígenes africanos de los negros esclavos durante la época colonial.

Las comparsas traen a nuestros días, sus vestimentas, cantos, bailes típicos y cultura: la mama vieja, el doctor brujo y el escobillero, caminan al mismo ritmo junto a vedette y porta estandartes.

Las primeras murgas montevideanas

La primera murga en Uruguay se formó en 1908 como La Gaditana, nombre que le dieron sus componentes, integrantes de una Compañía de Zarzuelas española que se encontraba actuando en Montevideo.

Las primeras murgas ponían letras picarescas a músicas conocidas, que interpretaban con instrumentos de viento fabricados de cartón.

Los nombres de aquellas pioneras instaban a la jocosidad: Tírame la punta del naso, Domadores de suegras, Don Bochinche y Compañía, Fórmale el cuento a la vieja, Amantes del salamín, Los peludos terribles, Escuela de tiburones, o Asaltantes con Patente, entre otras.

Desde las primeras murgas que no tenían más de seis o siete integrantes, estas evolucionaron a la vez que fueron aumentando el número de integrantes a un promedio de 20.

En 1917 la murga fue reconocida como categoría carnavalesca. Los instrumentos de viento compartieron protagonismo o fueron sustituidos por el bombo, el platillo y el redoblante. En la década de los 80 del siglo pasado, el llamado "canto popular" modernizó con un nuevo impulso a la murga.

Imitando a la raza negra

Hablaban y caminaban parodiando a los negros que habían sido sus maestros en estas lides. Tanto se insertaron en el papel de la raza que estaban representando, que no olvidaron al "tata viejo" que siempre caminaba ofreciendo yuyos medicinales, rezagado detrás de sus congéneres; la "mama vieja" y "el escobero" que había adoptado una escoba como bastón de mando y con ella hacía geniales malabarismos.

Los instrumentos que llevaban eran los típicos de la raza negra: tamboriles y masacallas.

Por aquella época las familias montevideanas más distinguidas y los salones de baile más famosos se disputaban las visitas de los Negros Lubolos.

Los desfiles y los tablados

La festividad comienza oficialmente en los últimos días de enero, con el Desfile Inaugural de Carnavalpor la céntrica avenida 18 de Julio.

Días antes se han elegido las reinas que presidirán todos los corsos, por una regla no escrita, la reina de las Llamadas pertenece a la raza negra y la reina del carnaval es de raza blanca. Actualmente también se elige la reina de las Escuelas de Samba, hace muy poco que se inició este concurso y aún no se puede decir que se haya sentado ningún precedente.

Una semana más tarde, se realiza por las calles estrechas de los Barrios Sur y Palermo, el Desfile de Llamadas que en la actualidad y debido al número de comparsas participantes se divide en dos jornadas.

Los tablados son escenarios populares o privados que se levantan en distintos barrios, generalmente a cielo abierto, y dónde actúan, previa contratación, los conjuntos carnavalescos que tienen su propio caché cuando actúan en los ambientes privados.

En el Teatro de Verano se realiza el concurso oficial

El concurso oficial de agrupaciones se desarrolla durante algo más de un mes y medio en el Teatro de Verano Ramón Collazo, enclavado en el Parque Rodó, un espacio de gran belleza paisajística.

Las Murgas, Sociedades de negros y lubolos (comparsas), Revistas, Parodistas y Humoristas compiten por los primeros premios y sus actuaciones son seguidas cada noche por cientos de espectadores. Cada agrupación tiene sus fans, seguidores incondicionales que viven la fiesta en primera persona.

La época estival en que caen los festejos del carnaval en el hemisferio sur, los hace particularmente desinhibidos, con participación de gente de todas las edades hasta altas horas de la noche, disfrutando de la temperatura que invita a permanecer al aire libre.

Breve reseña sobre la historia del carnaval uruguayo

La historia del carnaval en Uruguay se remonta a la época colonial.

Se cree que en Montevideo, ya por 1760 comenzaron las manifestaciones carnavalescas, las que por entonces consistían en tirarse huevos frescos o vaciados y rellenos de agua, siguiendo la tradición del carnaval medieval europeo.

A finales del siglo XVIII se trató de encausar los festejos hacia las exhibiciones artísticas, que ya por entonces formaban parte importante de los gustos del público montevideano.

Después de un tiempo en forma progresiva los festejos pasaron a ser organizados oficialmente y, en una sociedad con una marcada europeización de costumbres producto de la inmigración, se imponen por sobre cualquier otro tipo de festejo los modelos europeos de celebración del carnaval.

Actualmente el carnaval vende más entradas que cualquier otro festejo popular incluido el fútbol, lo cual, en un país tradicionalmente futbolero, dice ya mucho en cuanto a las preferencias de los uruguayos.

Es un festejo incluido en el calendario turístico del país.

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