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sábado, 9 de julio de 2011

CRONICA POLICIAL

ASESINOS SERIALES MÁS SANGRIENTOS

La detención de un criminal conocido como "BTK", a quien le atribuyen la muerte de ocho personas entre 1974 y 1986 se suma a una larga lista de psicópatas.

La identidad de "BTK", el sobrenombre que el mismo supuesto asesino se puso y que formó con las iniciales de las palabras en inglés "bind" (vendar), "torture" (torturar) y "kill" (matar), que era lo que hacía con sus víctimas, no fue revelada por el momento y tampoco se presentaron cargos en su contra.

La lista de los diez más crueles la encabeza Pedro Alonso López, a quien se le adjudican más de 300 muertes.

Nativo de Colombia y conocido como el "Monstruo de los Andes" se lo considera el asesino serial más mortal de los archivos policiales.

Cuentan que su madre prostituta lo echó de su casa a los ocho años por abusar de su hermana menor. En ese momento fue hospedado por un pedófilo, que lo sodomizó contra su voluntad. Cuando tenía 18 años fue atacado por una patota en la cárcel y se desquitó matando tres de sus atacantes.

Luego de recobrar la libertad, empezó la matanza de muchachas jóvenes con alegría e impunidad. En 1978 él mismo se jactaba de haber matado más de 100 chicas en Perú.

El dúo integrado por Henry Lee Lucas y Ottis Toole, con más de 200 muertes en sus espaldas es conocido como el mejor equipo del Infierno: el Rey del Sadismo y el Generalísimo del Dolor.

Henry lanzó su carrera estelar como el asesino al azar más famoso de la nación. En 1976, almorzando en un bar de Jacksonville, se sintió atraído por un travesti psicópata y algo retardado que atendía el lugar: Ottis Toole, con quien llevó a cabo numerosas evasiones homicidas.

Ottis era un fanático de la carne humana, y sirvió a muchas de sus víctimas en la cena. Henry, sin embargo, no era un caníbal porque, según él decía, detestaba el sabor de los estofados humanos de Ottis. Él era más un sádico y un necrófilo, prefiriendo el sexo con cuerpos mutilados y animales vivos o muertos.

Con más de 140 víctimas en su haber, Gilles de Rais héroe de guerra francés del siglo XV, fue también uno de los peores asesinos de la Europa medieval.

Un aliado de Juana de Arco durante la Guerra de los Cien Años, de Rais era instrumental llevando el inglés fuera de Francia. Años más tarde, cuando fue nombrado Mariscal de Francia por el Rey Carlos VII, estableció en sus propiedades en Gran Bretaña dónde canalizó sus impulsos heroicos hacia la tortura y el asesinato.

El 18 de enero de 1999, la Agencia informativa de Xinhua, China, reportó a un autodenominado doctor que practicó el arte médico tradicional de qigong -una técnica de respiración profunda que data de 5000 años de antigüedad- y fue arrestado por matar entre 100 a 190 pacientes.

Hu Wanlin, de 50 años, tenía sentencias previas por operar una clínica médica ilegal en varias partes de China. Los maestros de qigong dicen tener la habilidad para concentrar el "qi" o energía en ciertas partes de sus cuerpos y usarlo para ayudar a diagnosticar y curar una amplia gama de dolencias. Las autoridades alegaron, además, que las medicinas herbarias chinas caseras de Hu incluyeron cantidades letales de sulfato de sodio.

El 30 de octubre de 1999, una declaración de las autoridades colombianas decía que Luis Alfredo Gavarito confesó violar, torturar y matar a 140 niños en el transcurso de 5 años. "Luis Alfredo Gavarito admitió el asesinato de aproximadamente 140 niños de los que nosotros hemos encontrado 114 esqueletos", declaró el fiscal Alfonso Gómez en una conferencia de prensa.

Dibujando sobre un gastado anotador de su bolsillo, Gavarito hizo la cuEnta de sus crímenes ante un grupo de jueces y psicólogos que lo interrogaron durante cuatro horas. Entre esas páginas, iba marcando una línea horizontal por cada una de las 140 muertes a niños y adolescentes. Los cadáveres mutilados de las víctimas principalmente masculinas entre ocho y 16 años de edad se fueron descubriendo en casi más de 60 pueblos en por lo menos 11 de las 32 provincias de Colombia. "Los cuerpos fueron decapitados y enterrados con señales de haber sido atados y mutilados".

Continúa en la dramática lista, también desde la medicina, el eutanásico doctor Jack Kevorkian, quien el 26 de marzo de 1999, fue encontrado culpable de asesinato en segundo grado por darle una inyección letal a un hombre enfermo y filmar el evento.

Kevorkian reconoció participar en unos 130 suicidios asistidos desde 1990, lo que lo convirtió en uno de los asesinos seriales conocidos más activos.

Ochenta muertes se le adjudican a Bruno Ludke, un alemán que llevaba ropa de la tintorería a domicilio.

Terminó con la vida de por lo menos 80 mujeres entre 1928 y 1943.

Cuando finalmente los oficiales nazis detuvieron su afición letal lo enviaron a un hospital de investigación en Viena, donde fue usado como conejillo de Indias humano por doctores nazis. Cuando ellos terminaron con sus experimentos, Bruno fue ejecutado con una inyección letal.

Para el final, no menos peligroso y aberrante que sus predecesores, Richard Steve Goldberg, un pederasta que secuestra y asesina niños.

Es uno de los más buscados por el FBI y empezó su imparable "carrera" asesinando a sus tres hermanos pequeños a los 14 años.
Negocia con pornografía infantil de niñas menores de 10 a quienes degüella después de filmar.

Características de un asesino serial

Los asesinos seriales suelen tener entre 20 y 30 años, son varones blancos, heterosexuales, sexualmente disfuncionales y con la autoestima baja.
Sus matanzas normalmente son parte de una fantasía que los lleva a un clímax en el momento de su arranque asesino.

Muchos disfrutan de la sodomía (penetración anal), el canibalismo (comer carne humana), la necrofilia (tener sexo con cadáveres) o la pedofilia (sexo con niños) y conservan como trofeos las partes del cuerpo, como muestra de la evolución de su trabajo.

Estos psicópatas son sádicos por naturaleza. Algunos vuelven a las escenas del crimen o a las tumbas de sus víctimas para fantasear sobre sus hechos.
En su mayoría se interesan por mujeres y niños de su misma raza.

Las prostitutas, peatones y conductores estacionados son las víctimas elegidas. A algunos asesinos homosexuales les gusta atrapar adolescentes y gays.

Las asesinas seriales mujeres tienden a ser "viudas negras" que matan una sucesión de maridos, amantes, u otros miembros de la familia. También pueden ser enfermeras u otros profesionales médicos que asesinan a bebés, a gente mayor, o a enfermos terminales en un esfuerzo para liberarlos de su sufrimiento.

La mayoría de los asesinos seriales creció en familias violentas. De pequeños les gustaba torturar animales, o provocar pequeños incendios, y en muchos casos sufrían de enuresis. Como adultos, algún que otro serial tiene algún tipo de daño cerebral y se entrega al alcohol y/o drogas.

Las muertes son esporádicas y separadas durante un período de tiempo, a veces años, y continuará hasta que el asesino sea capturado o muerto. Su crimen tiende a ser de a una víctima a la vez. Aunque hubo casos donde un asesino mató a más de uno en un solo incidente. No hay ninguna (o muy poca) conexión entre el perpetrador y la víctima. Aunque puede haber un "patrón" o "rasgo de la víctima", los asesinatos individuales dentro de una serie raramente muestran una claridad definida del motivo racional.

Los motivos de un asesino serial

Visionarios: los actos responden a voces provenientes de su mente y se instruye por estas voces para realizar el acto del asesinato.

Misioneros: ellos piensan que es su responsabilidad matar para librar a la sociedad de elementos no deseados.

Hedonistas: matan porque el asesinato les causa placer.

Lujuriosos: asesinan para su satisfacción sexual con actos que son normalmente sádicos.

Emocionales: matan por el deseo de vivir una emoción o experiencia intensa.

Lucrativos: Asesinan para una ganancia personal. El asesino premedita el acto para requerir recompensa económica o beneficios materiales.

Buscadores de Poder: Las muertes sirven para el deseo de tener el control sobre la vida y muerte de otros.     

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